Vuelta a la vida de un Cherny
Está claro que, como en todo, la calidad en los materiales y manufactura es importante y en los pianos verticales, ya de por si, un compromiso entre la funcionalidad, la calidad sonora y la interpretación, mucho más. Está claro que no hay dos pianos (acústicos) iguales y más si ha pasado tiempo desde su construcción y que las manías de los pianistas también hay que tenerlas en cuenta.
Cherny es una marca que aparece en España en el último tercio del siglo pasado. Venía de países del Este donde la calidad de manufactura deja mucho que desear y materiales buenos tampoco tenían. Las malas lenguas decían que además sólo llegaban aquí los buenos y con la fama que tenían, era una forma de desprestigiarlos más todavía.
Nuestro afinador de cabecera nos contó una vez que en una capital de provincias en los 70 la empresa nacional en la que trabajaba (creo que la Unión Musical) abrió una tienda de instrumentos musicales. Ellos tenían la distribución exclusiva de los Cherny y alguna que otra marca más de detrás del Telón de Acero y los pusieron a la venta a un precio asequible. Nos contaba que tal era la (mala) fama de estos pianos que la tienda local que llevaba mucho tiempo en la ciudad hizo una propaganda que decía: 'Por un poco más, tenga un piano de verdad'.
Hay quien dice que prefiere un digital medio (gradación y sensibilidad en la tecla por supuesto) a un mal piano acústico pero teniendo en casa a un estudiante de Superior de Piano y Profesional de Clave, si quieres incordiarle, dile que mejor un digital y eso que durante los primeros años es lo que tuvo y avanzó, pero la verdad es que a cada paso que dio y cambió de instrumento, se notó, así que por mucho que uno tenga dudas, hay que fiarse de un experto. De hecho, cuando terminé de arreglar este prefirió sustituir el digital que tenía en otra casa aunque asumiese los problemas de afinación y cuidado y la verdad, aunque sea adelantarse, a mi me parece que el sonido y la expresión que consigue es muy diferente al digital que siempre suena 'correcto'. Hay que puntualizar que hoy día hay digitales de muy alta gama que son espectaculares en cuanto a sonoridad y expresión y desde luego pueden ser una gran opción si los afinadores están lejos o vives en un sitio en el que viene bien por los vecinos o las condiciones atmosféricas ya que hay que considerar que uno acústico es de madera y metal y la humedad o los cambios bruscos de temperatura no los lleva bien
El principio
Hablando un día con mi tío que se había mudado al jubilarse a un pueblo de la Sierra comentó que tenía un piano en el salón que le habían dado en una obra que hizo tiempo atrás (para más detalle, de un compositor famoso en los 60-70 marido de una presentadora de la tele también famosa). Durante muchos años había pensado en aprender él o que sus nietos lo harían pero ahora le empezaba a sobrar aunque le daba pena.
En aquel tiempo Jaime ya tenía un U3 con Silent que era, en teoría, lo mejor que podía tener en vertical y lo que necesitaba por lo que otro hubiese mirado para otro lado y a otra cosa pero no es mi caso.
Nos fuimos una tarde allí, lo vimos, estaba lo desafinado que podíamos esperar, le faltaban piezas pero ninguna cuerda (que es lo que más me hubiese preocupado en ese momento, ahora no). Intentamos afinar la octava central y lo conseguimos.
Tomamos las medidas y nos volvimos para ver la logística para el traslado y convencer en casa del lío en el que nos íbamos a meter.
En aquel tiempo en el garage aparcaban dos coches, tenía bicis, herramientas, etc. Años después mi coche está en la calle porque un tercio del garage es un cuarto de música donde hay un piano de cola, una espineta, un fortepiano del siglo XIX, un clavicordio a medio terminar y pronto, un clave que obligará a ampliar la sala de un tercio a medio garage pero todo se justifica cuando toca.
Respecto al transporte, pronto me di cuenta que no era posible usar ningún coche de los que tenía por lo que busqué y de lo que encontré, Transportes Rabanal me ofreció confianza que se concretó y las veces posteriores que lo he necesitado o recomendado, no lo he dudado.
Una vez en el garage, primero de todo había que hacer un análisis de situación:
En los pianos siempre hay algo que dice del constructor, un número de serie, etc. En este caso, en perfecto Cirílico debe decir más o menos Cherny, Modelo ¿210? y el número de serie que como la marca no aparece en los libros de números de serie que he encontrado (o no he sido capaz de verla), pues tampoco podemos centrar el año de construcción.
Aparentemente por fuera no está mal. La madera es chapada, no conglomerado como los últimos que están haciendo. Esto, por otro caso que hemos visto en un armario, tiene sus ventajas e inconvenientes. A la madera tradicional le puede atacar la carcoma mientras que al conglomerado, supongo que por el pegamento, difícil pero al conglomerado la humedad (y más el agua en un escape por la circunstancia que sea) lo mata.
Como se ve, dos pedales, un sostenido y una corda (que no es igual que en piano de cola ya que en los verticales, lo que hace es acercar más los macillos y así tener menos fuerza mientras que en el de cola desplaza el mecanismo y efectivamente golpea una cuerda), nada de sordina.
Es cierto que alguna esquina tiene algún golpe
y la manía del cigarro de hace tiempo fastidió estas dos teclas
El proceso
Nos vamos dentro, y para ello, tiene una tapa superior que puedes abrir si quieres que suene un poco más y que ayuda a quitar la tapa delantera.
El mecanismo tiene polvo de dos siglos (tiempo después me he encontrado otro cacharro con polvo de tres así que no me quejo)
Los macillos están todos, sucios pero todos. El juego de los atrapes también parece estar completo. Lo que empiezo a ver es que faltan apagadores y que no están despegados, simplemente no están.
Quito el mecanismo fácilmente. Hay unos pomos atornillados a los lados y con cuidado sale. Pesa pero uno solo puede. Se podrá trabajar mejor en las piezas que faltan así como poner a punto el mecanismo.
Efectivamente no falta ninguna tecla, tiene una arpa metálica, básico para mantener la afinación. En este punto hay que pensar que hay muchos pianos que se venden de la época del abuelo o bisabuelo (años 20 o por ahí) que no tienen un arpa metálica. Hay que tener mucho cuidado o pensar en ellos como decoración (suponiendo que un vertical sea decorativo) porque, aparte del estado de la madera en general, esos pianos no mantienen la afinación y terminan siendo una pesadilla si los quieres para tocar.
De cualquier forma, siguiendo con este, vamos a limpiar el polvo completamente por lo que las teclas, también fuera. Inicialmente parecía que alguna rozaba pero era por todo lo que tenía dentro. Por mucho que uno intente limpiar, siempre se mete por los sitios más insospechados.
Las palomillas de nivelado están bien, viejas pero bien.
Después de hacer un estudio previo inicial veo que voy a necesitar fieltro, apagadores, alguna herramienta para poner los macillos a punto y alguna cosa más. Pido lo que creo que necesito a partspiano (tienda en Barcelona) y en poco tiempo me llega.
Los fieltros, como era de esperar, están viejos y en casos, desgastados. Empiezo cambiando el que tapa el teclado cerca de los balancines.
Se quita el antiguo bien con un cutter y luego lijando la cola que queda.
y aquí, puesto.
Vamos con el mecanismo y empezaremos con los apagadores:
Como he comprado un juego de apagadores nuevo un poco diferente a lo que había, ne planteo cambiar en bloque pero tendré que tunearlo. En la foto, el de arriba (se nota más gastado) es el que había y taco cilíndrico que lo une al mecanismo está encastrado. Es un cilindro con un agujero vertical con un tornillo a apretar y otro horizontal en el que se introduce una varilla solidaria con el mecanismo de la tecla.
Aquí están los nuevos preparados a ser colocados.
aquí colocados y en el piano para ver si están bien y ajustarlos.
visto que es posible y que quedan bien, cambio todos los que puedo.
La barra de apoyo de descanso de las teclas también tiene un fieltro que está apelmazado. Lo cambio y lo pongo verde (porque es el que me mandó pero da igual).
Con los macillos, lo primero que hice fue pasar uno a uno el aspirador para quitar la capa superficial de polvo. Con un cepillo de raíces metálicas que se usa para los zapatos de ante raspé un poco la superficie y compré una herramienta que pincha los macillos para darles una nueva esponjosidad que utilicé en aquellos que consideraba que estaban apelmazados y después, al hacerlos golpear, los que daban una sensación metálica.
No obstante, el problema más serio con los macillos, sobre todo los de la derecha, fue que no todos golpeaban bien las cuerdas. Con el mecanismo en su sitio se probó tecla a tecla marcando aquellos que no golpeaban todas las cuerdas y un criterio de giro.
A diferencia de los apagadores, que contaban con tornillos para permitir el giro, los macillos están pegados por lo que hubo que despegarlos y recolocarlos. Para esto, lo práctico es usar la cola especial TiteBond que permite uniones fuertes pero se puede despegar. Es verdad que tarda bastante en pegar pero permite maniobra.
Esto fue una labor reiterativa y larga pero el resultado mereció la pena.
Algún detalle más sin importancia como los topes para la tapa de arriba que golpeaban madera con madera.
Una vez terminado empezó la tarea de afinación. No os voy a engañar, sonaba a película de miedo como se puede oír en el audio.
Podíamos haber llamado directamente a nuestro afinador pero lo intentamos nosotros, primero yo, con la la ayuda de un programa del que no tenía la versión completa y sólo me dejaba afinar dos notas por octava y el resto me las apañaba. Intenté el método de los batimentos pero no tengo oído para ello. Curiosamente ahora Jaime que tiene que estar todo el día afinando los cacharros antiguos lo domina.
El piano es un instrumento desafinado por concepto. Realmente, sólo las octavas centrales están afinadas según un temperamento y sin querer entrar aquí en una discusión de los temperamentos. Luego, las agudas están un poco más altas que las centrales y las graves más bajas.
La aplicación daba una ayuda para decirte cómo estabas de cerca y las imágenes corresponden a diferentes intentos de afinación. Los puntos rosas eran cómo estaban y los verdes cómo los dejaba después del intento de afinación, insisto, con la referencia del E y A de cada nota.
En los videos se ve cómo se quedó en sucesivas pasadas de afinación (con nuestro entender)
Su destino
Una vez terminado pensamos que lo mejor sería llevarlo a la playa para cambiar el digital que había allí. Para eso alquilamos una furgoneta y aunque parece pequeño, fue una pesadilla subirlo y bajarlo. Hice un carrito que ayudó mucho y una rampa pero al bajarlo se rompió, no debía estar bien dimensionada para el peso. Nos confiamos porque cuando lo llevamos al garaje, los que lo movieron ayudaron a uno que se lo colgó (literalmente) al hombro. También es verdad que ellos en el camión tenían una plataforma elevadora que también hace de rampa y ya sé que si tengo que mover algo de ese estilo, la plataforma es básica.
Sonar, pues lo dicho, yo ahora prefiero el sonido imperfecto de cualquier instrumento acústico y Jaime dice que la expresión no tiene comparación. El teclado es más duro que otros, ciertamente pero estamos muy orgullosos de haberlo revivido para la música.
Cuando recientemente ha tocado https://www.youtube.com/watch?v=Qp6-4gNWBnQ se nos venía a la cabeza el sonido inicial pero fuera de bromas, es un gusto poder darle una oportunidad. Pianos mejores habrá por ahí que no se usan.
Cherny es una marca que aparece en España en el último tercio del siglo pasado. Venía de países del Este donde la calidad de manufactura deja mucho que desear y materiales buenos tampoco tenían. Las malas lenguas decían que además sólo llegaban aquí los buenos y con la fama que tenían, era una forma de desprestigiarlos más todavía.
Nuestro afinador de cabecera nos contó una vez que en una capital de provincias en los 70 la empresa nacional en la que trabajaba (creo que la Unión Musical) abrió una tienda de instrumentos musicales. Ellos tenían la distribución exclusiva de los Cherny y alguna que otra marca más de detrás del Telón de Acero y los pusieron a la venta a un precio asequible. Nos contaba que tal era la (mala) fama de estos pianos que la tienda local que llevaba mucho tiempo en la ciudad hizo una propaganda que decía: 'Por un poco más, tenga un piano de verdad'.
Hay quien dice que prefiere un digital medio (gradación y sensibilidad en la tecla por supuesto) a un mal piano acústico pero teniendo en casa a un estudiante de Superior de Piano y Profesional de Clave, si quieres incordiarle, dile que mejor un digital y eso que durante los primeros años es lo que tuvo y avanzó, pero la verdad es que a cada paso que dio y cambió de instrumento, se notó, así que por mucho que uno tenga dudas, hay que fiarse de un experto. De hecho, cuando terminé de arreglar este prefirió sustituir el digital que tenía en otra casa aunque asumiese los problemas de afinación y cuidado y la verdad, aunque sea adelantarse, a mi me parece que el sonido y la expresión que consigue es muy diferente al digital que siempre suena 'correcto'. Hay que puntualizar que hoy día hay digitales de muy alta gama que son espectaculares en cuanto a sonoridad y expresión y desde luego pueden ser una gran opción si los afinadores están lejos o vives en un sitio en el que viene bien por los vecinos o las condiciones atmosféricas ya que hay que considerar que uno acústico es de madera y metal y la humedad o los cambios bruscos de temperatura no los lleva bien
El principio
Hablando un día con mi tío que se había mudado al jubilarse a un pueblo de la Sierra comentó que tenía un piano en el salón que le habían dado en una obra que hizo tiempo atrás (para más detalle, de un compositor famoso en los 60-70 marido de una presentadora de la tele también famosa). Durante muchos años había pensado en aprender él o que sus nietos lo harían pero ahora le empezaba a sobrar aunque le daba pena.
En aquel tiempo Jaime ya tenía un U3 con Silent que era, en teoría, lo mejor que podía tener en vertical y lo que necesitaba por lo que otro hubiese mirado para otro lado y a otra cosa pero no es mi caso.
Nos fuimos una tarde allí, lo vimos, estaba lo desafinado que podíamos esperar, le faltaban piezas pero ninguna cuerda (que es lo que más me hubiese preocupado en ese momento, ahora no). Intentamos afinar la octava central y lo conseguimos.
Tomamos las medidas y nos volvimos para ver la logística para el traslado y convencer en casa del lío en el que nos íbamos a meter.
En aquel tiempo en el garage aparcaban dos coches, tenía bicis, herramientas, etc. Años después mi coche está en la calle porque un tercio del garage es un cuarto de música donde hay un piano de cola, una espineta, un fortepiano del siglo XIX, un clavicordio a medio terminar y pronto, un clave que obligará a ampliar la sala de un tercio a medio garage pero todo se justifica cuando toca.
Respecto al transporte, pronto me di cuenta que no era posible usar ningún coche de los que tenía por lo que busqué y de lo que encontré, Transportes Rabanal me ofreció confianza que se concretó y las veces posteriores que lo he necesitado o recomendado, no lo he dudado.
Una vez en el garage, primero de todo había que hacer un análisis de situación:
En los pianos siempre hay algo que dice del constructor, un número de serie, etc. En este caso, en perfecto Cirílico debe decir más o menos Cherny, Modelo ¿210? y el número de serie que como la marca no aparece en los libros de números de serie que he encontrado (o no he sido capaz de verla), pues tampoco podemos centrar el año de construcción.
Aparentemente por fuera no está mal. La madera es chapada, no conglomerado como los últimos que están haciendo. Esto, por otro caso que hemos visto en un armario, tiene sus ventajas e inconvenientes. A la madera tradicional le puede atacar la carcoma mientras que al conglomerado, supongo que por el pegamento, difícil pero al conglomerado la humedad (y más el agua en un escape por la circunstancia que sea) lo mata.
Como se ve, dos pedales, un sostenido y una corda (que no es igual que en piano de cola ya que en los verticales, lo que hace es acercar más los macillos y así tener menos fuerza mientras que en el de cola desplaza el mecanismo y efectivamente golpea una cuerda), nada de sordina.
Es cierto que alguna esquina tiene algún golpe
y la manía del cigarro de hace tiempo fastidió estas dos teclas
El proceso
Nos vamos dentro, y para ello, tiene una tapa superior que puedes abrir si quieres que suene un poco más y que ayuda a quitar la tapa delantera.
El mecanismo tiene polvo de dos siglos (tiempo después me he encontrado otro cacharro con polvo de tres así que no me quejo)
Los macillos están todos, sucios pero todos. El juego de los atrapes también parece estar completo. Lo que empiezo a ver es que faltan apagadores y que no están despegados, simplemente no están.
Quito el mecanismo fácilmente. Hay unos pomos atornillados a los lados y con cuidado sale. Pesa pero uno solo puede. Se podrá trabajar mejor en las piezas que faltan así como poner a punto el mecanismo.
Efectivamente no falta ninguna tecla, tiene una arpa metálica, básico para mantener la afinación. En este punto hay que pensar que hay muchos pianos que se venden de la época del abuelo o bisabuelo (años 20 o por ahí) que no tienen un arpa metálica. Hay que tener mucho cuidado o pensar en ellos como decoración (suponiendo que un vertical sea decorativo) porque, aparte del estado de la madera en general, esos pianos no mantienen la afinación y terminan siendo una pesadilla si los quieres para tocar.
De cualquier forma, siguiendo con este, vamos a limpiar el polvo completamente por lo que las teclas, también fuera. Inicialmente parecía que alguna rozaba pero era por todo lo que tenía dentro. Por mucho que uno intente limpiar, siempre se mete por los sitios más insospechados.
Las palomillas de nivelado están bien, viejas pero bien.
Después de hacer un estudio previo inicial veo que voy a necesitar fieltro, apagadores, alguna herramienta para poner los macillos a punto y alguna cosa más. Pido lo que creo que necesito a partspiano (tienda en Barcelona) y en poco tiempo me llega.
Se quita el antiguo bien con un cutter y luego lijando la cola que queda.
y aquí, puesto.
Vamos con el mecanismo y empezaremos con los apagadores:
Como he comprado un juego de apagadores nuevo un poco diferente a lo que había, ne planteo cambiar en bloque pero tendré que tunearlo. En la foto, el de arriba (se nota más gastado) es el que había y taco cilíndrico que lo une al mecanismo está encastrado. Es un cilindro con un agujero vertical con un tornillo a apretar y otro horizontal en el que se introduce una varilla solidaria con el mecanismo de la tecla.
Aquí están los nuevos preparados a ser colocados.
aquí colocados y en el piano para ver si están bien y ajustarlos.
visto que es posible y que quedan bien, cambio todos los que puedo.
La barra de apoyo de descanso de las teclas también tiene un fieltro que está apelmazado. Lo cambio y lo pongo verde (porque es el que me mandó pero da igual).
Con los macillos, lo primero que hice fue pasar uno a uno el aspirador para quitar la capa superficial de polvo. Con un cepillo de raíces metálicas que se usa para los zapatos de ante raspé un poco la superficie y compré una herramienta que pincha los macillos para darles una nueva esponjosidad que utilicé en aquellos que consideraba que estaban apelmazados y después, al hacerlos golpear, los que daban una sensación metálica.
No obstante, el problema más serio con los macillos, sobre todo los de la derecha, fue que no todos golpeaban bien las cuerdas. Con el mecanismo en su sitio se probó tecla a tecla marcando aquellos que no golpeaban todas las cuerdas y un criterio de giro.
A diferencia de los apagadores, que contaban con tornillos para permitir el giro, los macillos están pegados por lo que hubo que despegarlos y recolocarlos. Para esto, lo práctico es usar la cola especial TiteBond que permite uniones fuertes pero se puede despegar. Es verdad que tarda bastante en pegar pero permite maniobra.
Esto fue una labor reiterativa y larga pero el resultado mereció la pena.
Algún detalle más sin importancia como los topes para la tapa de arriba que golpeaban madera con madera.
Una vez terminado empezó la tarea de afinación. No os voy a engañar, sonaba a película de miedo como se puede oír en el audio.
Podíamos haber llamado directamente a nuestro afinador pero lo intentamos nosotros, primero yo, con la la ayuda de un programa del que no tenía la versión completa y sólo me dejaba afinar dos notas por octava y el resto me las apañaba. Intenté el método de los batimentos pero no tengo oído para ello. Curiosamente ahora Jaime que tiene que estar todo el día afinando los cacharros antiguos lo domina.
El piano es un instrumento desafinado por concepto. Realmente, sólo las octavas centrales están afinadas según un temperamento y sin querer entrar aquí en una discusión de los temperamentos. Luego, las agudas están un poco más altas que las centrales y las graves más bajas.
La aplicación daba una ayuda para decirte cómo estabas de cerca y las imágenes corresponden a diferentes intentos de afinación. Los puntos rosas eran cómo estaban y los verdes cómo los dejaba después del intento de afinación, insisto, con la referencia del E y A de cada nota.
Su destino
Una vez terminado pensamos que lo mejor sería llevarlo a la playa para cambiar el digital que había allí. Para eso alquilamos una furgoneta y aunque parece pequeño, fue una pesadilla subirlo y bajarlo. Hice un carrito que ayudó mucho y una rampa pero al bajarlo se rompió, no debía estar bien dimensionada para el peso. Nos confiamos porque cuando lo llevamos al garaje, los que lo movieron ayudaron a uno que se lo colgó (literalmente) al hombro. También es verdad que ellos en el camión tenían una plataforma elevadora que también hace de rampa y ya sé que si tengo que mover algo de ese estilo, la plataforma es básica.
Aquí en medio de la afinación inicial en su destino (con sonidos de Niki de vez en cuando)
Donde está, está bien, le dejamos un humidry grande para él solo (aparte de todos los otros), tapado con una sábana y no se desafina mucho.
Cuando recientemente ha tocado https://www.youtube.com/watch?v=Qp6-4gNWBnQ se nos venía a la cabeza el sonido inicial pero fuera de bromas, es un gusto poder darle una oportunidad. Pianos mejores habrá por ahí que no se usan.
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